domingo, mayo 13, 2007

Infidelidad Familiar.

Pucha, digo.
15 minutos para internet, dos segundos, mando un trabajo y me voy que me esperan para ponerme un pulover lila. Damicela, como si yo fuera a usar lila, vestida de rojo, blanco y negro inamovibles, colores de high ephect, strong ephect, alta gamma.
Y uno cuelga, que se cuelga a lo que sea, a escribir por ejemplo. Para los escritores es como el aire, digo, la lectura es como el oxígeno. Autor leerse a si mismo, auto leer las patentes y buscar palabras en la estructura dxr, dextrometorfano, o leer, por ejemplo, el artículo de Feinmann de pág.12. O mi pequeño espacio en Radar.

Yo me pregunto, ¿y usted?

Se le dice piloto al impermeable porque sabe manejar bien el agua.
Se llama alatriste porque se la quebró el corralito.

Y sí, que los autores buscamos fama, puede ser.
Pero yo busco otra cosa señoras y señores, lo mío es narcisismo, adicción a internet. La excusita perfecta, que me conecto 15 minutos para mandar un trabajo y en realidad me conecto al mail, a ver si alguien se acordó de mí sin que yo de esa persona.

Mientras digo, pucha digo, se me acabaron los puchos y me tengo que ir, que me espera mi hermana en el cumpleaños para que le lea Feinmann, como si entendiera a esta frikii, vestida de rojo, blanco y negro, tipeando mientras llega tarde y le explica que tiene que trabajar, seguir tipeando blablebliades, balbuceos literarios, corrupción de menores.

La hermana soplando las velas,

Ja.

Mirenlá, salió a mí.

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